Estás todo el día mirándolo.  Te reís por cada pelotudez que dice o hace. No dejas de pensar en él. Su sonrisa simplemente te hace desmayar. Sus ojos te atrapan de una manera indescriptible. Tenés unas ganas loquísimas de estar todo el día al lado suyo, pero cuando te habla te agarra una vergüenza repentina, así de la nada y no podes hablar, no te salen las palabras, y cuando hablas decís una tontería de la que después te arrepentís. Te quedas tildada pensando en él. Lo miras y se te para el mundo. Lo ves cerca y querés que se acerque y te salude con un abrazo. Te haces la que no te interesa y cuando te saluda saltas por dentro, aunque mostras indiferencia. Te dan celos verlo con otras pibas. Cuando leías esto estabas pensando en una sola persona, y acabas de sonreír.